miércoles, 25 de abril de 2007

Los misterios de la vida

La vida es una sucesión de acontecimientos diversos, heterogéneos, locos... Van pasando como en una película interminable mientras dura. Así hay misterios, igual que los otros: dolorosos, gloriosos, luminosos, gozosos, etc...
Hoy día conoceremos el primer misterio doloroso de nuestra vida, se llama "el camino pavimentado". El hombre es sacado de su camino habitual, Todo lo que le es conocido ha desaparecido: no hay árboles, ni perros, ni casas de color amarillento.
La meditación se llama: "¿ qué más querías?"

¿Qué más querías?


Las buenitas autoridades, telepáticas y proactivas pensaron en ti. Ellas saben lo que te conviene por eso y no por otra cosa, aun sin que tú lo pidieras, te comenzaron a construir la autopista. Una autopista… ¡valóralo!, la más grande de América, la más moderna del mundo, la más avanzada del continente. Quizás tú sólo aspirabas a que te parcharan los hoyos de las calles, que arreglaran o pusieran semáforos, quizás querías tan sólo que se mejorara la locomoción colectiva y mira la sorpresa: te están construyendo la más monumental de las autopistas. Quizás te pareció un poco clasista el spot publicitario de la dueña de casa que llega más temprano a casa porque no tiene que detener su auto en ningún peaje. Sí, es verdad, no todas las trabajadoras tienen automóvil. Pero piensa en esto: esa señora del spot llegará más temprano y así la nana sólo tendrá que servirle el tecito, regar las bugambilias y luego marcharse hasta el paradero de la micro, de seguro que llegará un poco más temprano a su casa, mientras la señora del stpot podrá ver la teleserie que antes no veía y sus hijos pequeños podrán seguir jugando play station en sus piezas, sabiendo que ahora mamá está en algún lugar de la casa. ¿Ves como mejora la calidad de vida con la autopista?


Pero no era todo. Te están regalando (escucha bien: regalando) un TAG, un aparatito para que pagues las veces que tú pases por la autopista. Es verdad que – como diría Cortázar- te están regalando no sólo el TAG, sino el temor de romperlo, de perderlo, de que te lo roben. Te están regalando la angustia de no saber qué hacer si quieres vender o prestar tu auto. Te están regalando la tremenda preocupación de que si te lo roban pasarán mil veces por los pórticos con tu aparato instalado en otro auto y tú vas a pagar la cuenta. ¿Qué tu creías que sólo había que preocuparse porque te pueden robar la radio, los emblemas, las tapas de ruedas? Te tengo noticias: ahora tendrán una nueva vulnerabilidad: el TAG. ¿Qué ahora dices que no es justo que te cobren porque no la han terminado? Debes tener un pensamiento positivo: hay que colaborar para que el proyecto se concrete, te están haciendo participar de alguna forma en la ejecución, debes sentirte feliz, eres cofundador de la más inmejorable supervía nacional y mundial, de modo que paga no más porque , como dice el refrán, una mano lava la otra y la otra lava a la otra y la otra también lava a la otra y cuando sacas las manos, la cara es del mismo español que te dio la línea telefónica, el agua potable, la electricidad.

No es el español que tú conocías: Don Pepe, el ferretero, Don Manuel, el panadero o Don Nicolás que arreglaba calzados. Este nuevo español no tiene nombre, no está en tu barrio, no te saluda. Este nuevo español es como un papá lejano: sabe lo que es bueno para ti, te protege, te cuenta las noticias, te enseña –indio malagradecido- lo que es la democracia, el destape y la cosa sexual. No te dará, como otrora, un cirio con la luz de Cristo, no te entregará una cruz evangelizadora, no pondrá a tu alcance la palabra salvífica, ni la promesa del Reino. Este español te entregará el TAG para que embriagado de velocidad, furia y descontrol guíes tu carro por el cemento interminable, siempre igual, siempre parejo, para que no mires más que luces de neón y pórticos para que , en fin, avances sin detenerte por la autopista desperfilada y anónima de tu vida.

3 comentarios:

Sting-Tor dijo...

Extraordinario!!, siempre me ha gustado ese relato, es el sentir de todos aquellos que vemos como cuando queremos evitarnos esa construcción, no pdemos andar por las caleteras porque no nos reparan los "eventos" y tenemos que (sí, lo se, sólo desde hace poco tiempo) pagar esa cuenta del bip que hacemos cada vez que pasamos por los portales.

Anónimo dijo...

Notable relato, que es lindo alegar con altura de miras y que agradable es ese gustito amargo en la garganta, producto del sarcasmo que tienen aquellas palabras ...

Siga así !

maga* dijo...

Excelente! Qué buena manera de criticar... me reí mucho con la alusión al cuento de Cortázar, y se da la loca coincidencia que estoy leyendo el libro donde aparece el relato del reloj...

Saludos señor